jueves, 24 de octubre de 2013

páginas en sucio


     La página en blanco. Las líneas todavía sin cubrir de letras, garabatos comprensibles solamente por mí. De un ricón de mi mente surgen unas pocas palabras, que poco a poco van fluyendo... siendo plasmadas en folios, que se suceden.

     Pero no es bastante. Las palabra surgen con dificultad. Hoy tenía en mente la imagen de un monje. Ya la he plasmado. Tal vez es la idea de estar medio loco, medio cuerdo, entre dos mundos. y uno de esos mundos es neurótico. Incluso llevado al extremo.

     No tengo porqué quejarme, siendo alguien que ha pasado por lo psicótico. Es ver las cosas de un modo diferente, para nada satisfactorio. Teniendo siempre hambre, comiendo siempre mal. Y las líneas se suceden.

     Me gusta escribir escuchando música. Sin embargo hoy en día, apenas leo. Creo que echo de menos el sumergirme en una lectura, que me lleve a otro sitio, dónde yo no esté. A cualquier otro sitio. El don de la lectura.

     Sin embargo no me resisto a escribir. Aunque no soy capaz de escribir nada de ficción, tan solamente escribo en el diario. Suelo escribir todos los días. Y repito, ¡siempre, los mismos temas!

     Ojalá supiese escribir ficción. Lo único que escribo es medio autobiográfico, medio locura, medio capricho de neurótico rebotado de la vida.

     Pienso demasiado en el pasado. Sin embargo el futuro está descuidado, y el presente inexistente. Tal vez. No noto la diferencia. Después de tantos cambios de medicación... No sé si la tengo hacia qué lado. El caso es que no me la encuentro.

     No tengo alma. Todo es un repetir las mismas pautas, y no creo poder salir de todo esto. Creo que la pifio siempre. Mi autoestima no está muy allá. No valoro mis logros.

     Sin embargo el que no hablaba, ahora escribe. Y levanta ampollas. La entrada acerca de la family, sentó mal. y yo tenía que escribirlo. Tenía que escribirlo. Sin embargo, la deuda sigue ahí. Una deuda que atañe a toda la familia.

     Mi madre forma parte importante de la ecuación, porque si yo consigo no pedírle dinero, ella, como una hormiguita va juntando el dinero para saldar la deuda. Pero ahí se establecen prioridades. ¿Quién va antes? Eso en lo que concierne a mi madre.

     Pero yo. ¿Cómo puedo hacer para contribuir? Aparte de no pedir más de lo debido. Recortar, recortar, siempre recortar. Cuando lo que tengo que hacer es aumentar mi contribución al total de lo conseguido. He de trabajar.

     Sin embargo, no estan fácil como ponerse a hacer un masaje de pies. Lo cual digo de paso, me cuesta bastante.





No hay comentarios:

Publicar un comentario