viernes, 21 de noviembre de 2014

Neo no ha renacido

Hace poco, estaba pensando en la película Mátrix. Recordaba el momento en que Neo se “desenchufaba”. Se oía un grito, un sonido muy metálico, cuando caía todo por el desagüe, para recoger a Neo, renacido.

Poco después, Neo conoce la verdadera realidad.

Solemos pensar que somos especiales, que somos los elegidos. Mejores en algo.

Pero entre todo esto, meditaba, y me ha venido un pensamiento. “Yo no soy distinto a nadie”. Neo puede ser el elegido en su película. Cada uno puede ser el elegido en la suya. Pero yo no soy distinto de ningún otro en la mía.

Solamente ha sido un pensamiento, y sé que pasará. Se desvanecerá y vendrán nuevos y distintos pensamientos. Pero éste ha sido por lo menos revelador. No soy mejor que nadie.

Tal vez otro día, más adelante, me venga otro pensamiento. Tal vez saber, que yo tampoco soy peor que nadie. Pero ese pensamiento todavía está por llegar.









jueves, 20 de noviembre de 2014

parar y esperar



Creo que voy en plan kamikace. Juego en mi contra. ¿Pero qué otra opción hay? La medicación es horrible, me deja la mente en blanco. Estoy que me quedo en el sitio. Me quedaría sentado, y tal vez lo haga. Quedarme sentado, que pasen las horas.

Es una mierda, una puta mierda. Solamente podría contrarrestarlo con dosis masivas de café. Que es lo que he hecho hasta ahora. Pero me estoy cansando de este juego. La vida, todos, todo el mundo tiene algún problema. No soy el único. Pero no quiero más.

Se supone que debo poner de mi parte. ¿Hasta qué punto estoy capacitado para soportar este vacío? Me deja la mente en blanco. Hoy he dormido todo el día. Lo siento, no soy tan fuerte como creía. Siento mi vida capada. Capada químicamente. Y tengo que consentirlo.

Tal vez sea negociable. Tal vez me puedan bajar la medicación. Pero no puedo estar seguro. Dependo de otros. ¿Qué tengo en mi mano que pueda hacer valer? No quiero sentirme como me siento. ¡Qué angustia!

Lo peor es que no sé muy bien cómo describir lo que me pasa, salvo con la sensación de vacío.

        ¿Qué parte de mi vida está en mi mano jugar? Todos los días no van a ser así, se pasará. Pero ya llevo todo el día durmiendo. 

         No es solamente por la medicación, es por la vida, y cómo me afecta. Es mi situación y lo que me gustaría que fuera, que no sé si podría ser.

        Mañana será distinto. Será otro día. Pero...

Para salir adelante hasta el día de hoy solamente han servido las dosis masivas de café. Pero uno se cansa de tomar tanto café. De jugar contra uno mismo. De chutar a gol contra portería propia. Vayamos al descanso, por favor.

No hay descanso. Solamente inconsciencia. Variar la dosis de la medicación puede significar, significa, la diferencia entre ir acelerado o quedarse tirado en la cama. Y yo tengo que estar aquí viendo este vacío en mi interior.

Hasta cuándo se puede vivir con este vacío.

Puedo escribir a máquina y desahogarme, pero no puedo hacer muchas cosas más. Hoy no. Pero sé que se pasará. Tal vez otro día sea distinto. Pero ahora no lo sé. Quince miligramos de ese veneno puede hacerme dormir. Cuando yo no quiero dormir. 

        Y no sé qué parte de mi vida depende de mí, y cuál se la lleva el vacío. ¿Es que no tengo voluntad? ¿Es que la medicación es tan determinante?

Estar vivo denota lucha, cierto nivel de lucha. Pero este sentir, que solamente puedo llenar con comida, café, fritos y cama. No me apetece nada más. ¡Y me va a matar! ¿Quién mata a quién? ¿Hasta dónde llega mi responsabilidad?

Ciertamente con menos dosis, tal vez sucediera que iría muy acelerado. Podría darme de bruces con la vida. Y ser el golpe mucho más fuerte. 

      ¿Pero qué opción hay? Negociar, probar, probar. Y a lo mejor aguantarse a vivir con este vacío. Porque mejor vivir sin sentir los matices, que salirme de la carretera de la vida, por ir muy deprisa.

¿Hasta qué milimétrica medida podríamos negociar la medicación?

         Ahora sé lo que voy a hacer. Me voy a quedar sentado. Voy a dejar que mi mente vague, y que los pensamientos vayan quedando, poco a poco en el lugar que les toca. 

         Hoy no es día de luchar. Es día de ceder, ya no me vale la solución de tomarme dos cafeteras. Necesito quedarme viendo cómo pasa el tiempo. Que mi espíritu se asiente. Necesito sentir que mi corazón se calma. 

            Voy a parar un buen rato, tal vez con suerte, consiga algo de sosiego. Cuando sube, sube. Hay que bajar. No me vale más la cama, la inconsciencia. Necesito estar despierto, aunque sea para estar sentado y no hacer nada. 

          Mirar. Tan solo mirar. Y esperar.









miércoles, 19 de noviembre de 2014

¡Late corazón! ¡Late!


Algo se me mueve, y no sé qué es.
Todo está movido, como fuera de foco.
ya nada encaja.
Necesito ...¿Qué?
Cosas cotidianas...?
muero porque no muero
o vivo porque no vivo
Necesito, algo
no se trata de nada
pero se trata de otra cosa
cuyo nombre no sé
Si tuviese que nombrarlo
no sabría.
Y me siento imbécil
porque cómo decir 
a los demás
¡que no sé amar!
Y que quiero aprender.
Ir hacia lo incondicional
siendo tan burdo mi mundo
¿Cómo cambiar?
¿Es que tal como soy, vale?
Necesito darte una rosa

Una rosa como esta.
Y que te la prendas en el pelo
o la pongas en un jarrón
es igual...
en realidad,
lo único que quiero es dártela.
Tal vez no dure
Tal vez yo me asuste
de las espinas
para olvidar la fragancia 
de la flor que te he dado.
Para huir... como siempre.
Pero quiero estar aquí
sin ir a ningún sitio
y escuchar ese lugar
que me empieza, ahora
tal vez tarde
a conmoverse
de la presencia
de un corazón
que chuta.




martes, 18 de noviembre de 2014

de hombres y de perros


Hace cierto tiempo una buena amiga puso una foto propia, totalmente deformada. Debió pegar la cara contra un cristal o algo pareceido, porque deformaba completamente su cara.

El mensaje que transmitía era algo así como que ¡Yo no soy guapa!

Era algo un poco ilógico, puesto que esta amiga es de las mujeres más guapas que conozco. Tal vez de ahí pueda sacarse la explicación. Tal vez se sentía valorada más por su aspecto antes que por quien realmente era.

En su momento no busqué hacer una reflexión al respecto. No sé porqué alquimia hoy me ha venido algo a la mente. Una situación que me explicó mi psicóloga para mis asuntos particulares, que tal vez se pueda aplicar al caso.

Yo me debatía, como le contaba a mi psicóloga, que me parecía que los hombres éramos un poco como los perros. Que veíamos a una mujer y íbamos para allá en seguida.

        Esa era una actitud que no aceptaba para mí mismo, me sentía incómodo con eso. La explicación que me dio la psicóloga me sirvió, y tal vez sea aplicable a lo le que pasó posteriormente a mi amiga también.

DE HOMBRES Y DE PERROS.


Sí, los perros ven a una hembra de perro y allá que van a tratar de montarla. Dejaremos de lado si hay en ese momento celo o no. El caso es que el perro va ciego a montar y no mira nada más. Trata de montar de todas las formas posibles.

Los hombres, sí, vemos un cuerpo bonito, una mujer guapa, y nos sentimos atraidos. Lo que queremos es montar a la hembra.

Era con esto con lo que yo no estaba muy conforme, lo que me hacía sentir incómodo en mi relación con las mujeres. Seguramente a mi amiga, que colgó esa desafortunada foto que deformaba su imagen, tal vez le sucediera otro tanto.

LA DIFERENCIA ENTRE HOMBRES Y PERROS.


Según mi psicóloga, en realidad no se puede comparar a los hombres con los perros, porque la comparación es más aparente que real.

Sí, los hombres cuando vemos a una mujer que ESTÁ buena, vamos y tratamos de montarla. Y con ese propósito iniciamos una conversación con el objeto de nuestro deseo.

Ahora la diferencia que se da con los cánidos está en que los perros es sí o sí. Siempre que se pueda. 

     Mientras que en el hombre, siempre que se tenga cierta coherencia mínima. Al iniciar la conversación (cuyo objetivo es meter), una vez que la mujer habla, si vemos que no ES ni por asomo nada interesante, ...hay una parte de nuestro ser que baja gradualmente la inclinación en nuestra fisonomía. 

     Si la mujer está buena, pero habla y no se corresponde la apariencia con una realidad, la mayor parte de las veces lo que haremos es salir cortando. 

Supongo que lo puedo explicar mejor en español que en otros idiomas como el inglés. 

     Si un hombre se acerca a una mujer que ESTÁ buena, habla, y descubre que no lo ES. Retrocedemos automáticamente, desciende nuestro deseo y nos vamos, monte arriba en busca de mejores pastos.

Esto para el caso que me ocupa, que es mi amiga, me lleva a pensar que colocar una foto en la que ella aparece deformada. Y es más, afirma no ser guapa. Cuando lo es. Supongo que se debe a que está harta de moscones y aduce para sí que se debe a su belleza. Y no es así.

Ahora me gustaría decirle a ésta, mi amiga, que si se ve demasiado abordada por los moscones. En un plano más profundo no se debe a que está buena. Lo cual es obvio. Sino por algo mucho más profundo, y es que es una excelente persona.

Le dedico este artículo a María que en el tiempo que la conocí pude constatar que no solamente es una mujer de belleza... que es normal que guste. Sino que también es una mujer que ES una gran persona, muy artista, y que hace sentir cómodos a sus amigos en su compañía.

Yo que físicamente no soy (perdón, estoy) muy allá, compartí piso durante cierto tiempo en la misma vivienda; cabía la posibilidad de sentirme un poco cohibido porque no sabía si me sentiría fuera de lugar con una mujer atractiva... pero lo que encontré fue a una persona que ante todo lo que demuestra es amistad y cercanía.

En realidad no importa si mi amiga es guapa o no. Lo que cuenta es que María lo que primero ofrece es su inestimable amistad. 

Así que si se le acercan muchos moscones no es solamente porque ESTÉ buena, sino porque LO ES (que no es lo mismo)

Aquí la diferencia con el idioma inglés permite explicar que cuando más cerca está el ser y el estar, de más calidad es la persona.

María, chica 10 en el SER y el ESTAR. Tiembla Hamblet.









viernes, 7 de noviembre de 2014

partirá el pájaro azul

no volveré a verlo volar


Se irá. Volveré a ser el de siempre. Limitado. No quiero ni pensarlo. Lo único que se me ocurre es tratar de apresarlo de algún modo. Pero no puede ser.

Otra cosa es, no tratar. Después de todo ¿importa? Lo cierto es que sí.

Por una fina ironía no sé si perdurará. Todo cambia, dicen. Eso no es más que una experiencia. El motivo de que lo subestimase era que nada más era una experiencia. Pasará, como pasan todas las cosas. Y no he logrado nada. Como sucedió otras veces.

Si esto no puede perdurar ¿Para qué experimentarlo? Empiezo a aceptar que se irá, lastima.

El pájaro azul desplegará sus alas y volará, hacia la lejanía. Lo veré partir, casi. Cegados mis ojos por mi propio ver. Su aleteo se perderá entre el ruido de, todo. Y yo volveré a ser el que era. 

Si bien, ¿Quién era yo?




quién no ha bajado la mirada



Este Ncha nuestro. 
Siempre tan grande en lo pequeño.

¡¡¡ QUIÉN NO HA QUERIDO TENER ALGUNA VEZ EL MUNDO EN SUS MANOS!!!





para escribir empezaremos por un principio

Después le iremos añadiendo...


Quería encontrar algún tipo de cuento corto. No tenía ni idea de dónde partir. En este caso, recordando ese muro que a veces siento, e intuyo, en mi interior... tras el cual no puedo ver nada, que me produce la sensación de una vida vacía, sin matices. Ese muro lo he unido con la célebre frase de Pau Donés:

- Darse de cabeza contra una pared. Repetir sin parar, hasta ver cómo se cae.

Tras lo cual, ya abierta la llave del poco o algún magín, han surgido estas otras, ya de cosecha propia. Aquí las dejo.

- Mi mente es una pared. Tras la cual no puedo pasar.

- Pasar a través de mi mente, dura pared se resiste.

- Blanco, blanco muro el de tus pechos idos.

- Duro como blanca es la cal. Dura cabeza que contra el muro rompe, a carcajadas sin fin.

- Amor de un día, fino reproche. Blancas cortinas en tu ventana. De noche escalo el muro.

- Golondrina negra, blanca gaviota que se lanza directa al corazón de tus pechos, henchida de sal. Blanca pared salina.




Por un lado veo blanco, de una pared blanca, como muchas paredes son de ese color. Y por alguna razón, tal vez por estar bajo la impresión de una música de tambores, danza y plumas, vivir en un lugar de la zona mediterránea... surgen las gaviotas, las golondrinas de la primavera, la sal.

Ya se ha pasado el verano de este año, que tanto ha durado. Ya esperamos el invierno con la comezón  de recordar días de bonanza, sol, cielo y mar, sal en el aire fresco de caminar por la arena, descalzos, mirando al horizonte. La mirada ida, cegada por el sol y disfrutando de las redondeadas curvas de silenciosas perezas tostándose al sol.

Miro al cielo y una gaviota me lo discute.