lunes, 16 de septiembre de 2013

Gabriel moja la cama

     Lo había olvidado. ¿Cómo podía haberlo olvidado? Gabriel se había despertado asustado, humillado, ...y mojado.

     Todos los días tenía ganas de llorar, no sabía cómo nadie se daba cuenta. 

Parecía que para mis padres era invisible.

     Pero para una persona no era invisible. Mi hermano mayor. No íbamos al mismo colegio. Si hubiese sido de ese modo, tal vez hubiese sido mejor, o tal vez peor; ya no lo sabría ni importaba. Eso fue hace muchos años. Tal vez la decisión de mis padres fue acertada.

     Cada hermano era llevado a colegios diferentes. Era una medida de protección. Mis padres tenían miedo de que mi hermano mayor me dejase abandonado. Tal como el hermano de papá le dejó abandonado a él.

     La excusa. Que en un colegio de un lugar muy lejano y importante estalló una bomba. Si podía pasar allí, tal vez pasara aquí... Así que, por si acaso mis padres nos llevaron a colegios distintos. Por si ponían una bomba en uno de los colegios no muriésemos todos. Solamente alguno de nosotros.

     Yo me pregunté si sería yo el que muriese. Cuando estallase la bomba...

     Lo cierto es que la bomba la tenía en casa. No había nada que pudiese hacer. Estaba aprisionado. Mi propia familia me tenía preso. Cada vez que intentaba hacer algo, sobresalir, venía mi hermano mayor y lo hacía mejor.

      ¿Quién ha ganado? -Pregunta inocentemente la niña.
¡YO! -Le contesta rotundo mi hermano.

     Sí, mientras Gabriel siente que no puede más que quedarse con las migajas que caen de la mesa. Porque el pastel, se lo llevan otros. Toda su familia participa del festín.

     Gabriel se despierta todas las mañanas asustado, humillado y mojado. Y nadie le tranquiliza ni le explica que no debe preocuparse por haber mojado la cama, que es normal. Se siente avergonzado. Más allá de la humillación.

     Ganar o perder ¿Qué es peor? - Lao Tse.


          Els tres "cabeçots"...




     He de pensar que en toda lucha de poder se establece un sistema de roles. 
     Podría ilustrarse como la relación amo-esclavo. Esta relación se estudia, por ejemplo en filosofía.
      El esclavo está puteado, sí, pero pobrecito amo... qué sería de él sino tuviera esclavo. 
   
     Eso confiere un claro poder en la situación, de que se puede asumir la propia importancia. Que aunque la situación en una familia sea desfavorable, cada uno puede reclamar su propia parcela de poder. 

     Una lucha con el jefe de la manada tal vez no sea lo más deseable. Pero no tengo porqué consentirlo. Si mi propio poder me es negado, puedo quedarme, o irme. Esas son las opciones. Y están muy claras.


     Lo que dice Hegel


     Hegel vio que el amo también dependía del esclavo, no sólo en el terreno económico sino también en el moral. En realidad esta dinámica otorga mucho poder al esclavo en la relación. Hegel considera que el poder existe en dos facetas: para que uno sea poderoso, otro tiene que ser impotente. Dado que Hegel consideraba que toda relación era una variante de la de amo y esclavo, no es un filósofo muy atractivo en lo referente al trato entre seres humanos. Sin embargo, sus ideas sobre lo que ocurre cuando hay un desequilibrio de poder resultan instructivas.    

      - Lou Marinoff. "Más Platón y menos prozac". Punto de lectura.

  

     Si el hermano de Gabriel se esfuerza tanto en ser el "ganador" o el "líder de la manada", en realidad eso denota su propio afán de protagonismo, lo cual indica de un modo inequívoco que se siente seriamente amenazado cuando otro quiere tomar la iniciativa. ¿Por qué se siente tan amenazado?




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